Poeta en Nueva York
En el capítulo IV del poemario Poeta en Nueva York y que titula Poemas del Lago Eden Mills con esa su escapada a la Naturaleza que tanto añora en la gran ciudad, entramos en esa su DUALIDAD entre el poeta y el niño que fue… cae en el tiempo y con él en la perdida unidad del paraíso de la infancia.
Dice además Lorca que: Los ojos eran esclavos de lo que veían y el alma del pintor era la triste criatura encadenada a estos ojos sin criterio ni aire propio como tienen el alma del poeta y el alma del músico.
En su Sketch de la Nueva Pintura continúa diciendo: … estaban salvando a la pintura que era un arte de representaciones, y la estaban convirtiendo en un arte en sí mismo, en un arte puro, desligado de la realidad… La gran guerra de 1914 destruye la realidad real. Lo que se ve es increíble. No hay razonamiento que resista la guerra. Lo visible no parece auténtico. Las construcciones éticas se vienen abajo. Lo que creíamos ya no lo creemos. Se rompen todas las cadenas y el alma sin asideros se encuentra sola, desnuda, dueña de su perspectiva. No hay que hacer caso a los ojos que engañan.
Por eso a partir de ahí, digo yo, nos es más asequible la comprensión del Trazo Chino que sublima la pintura al pintar las palabras desde la evasión poética y el son de su música. El Trazo aúna, muy por encima de los ojos sin criterio, lo despertado dentro con el duende y que exterioriza la evasión de dicho trazo poética y musicalmente.
No Comments